Establecer una relación terapéutica, aceptando al paciente y sus problemas, aunque no su conducta.
Identificar el problema central, explorando soluciones y alternativas con el paciente.
Elaborar un contrato terapéutico de acuerdo con el paciente.
Aplicar un plan de seguridad y un plan de vigilancia adaptados a la situación del paciente en cada momento.
Estructurar sus actividades, fomentando la interacción del paciente en la unidad.
Trabajar con el paciente lo acontecido, explorando y corrigiendo creencias y mecanismos inadecuados y favoreciendo su
autonomía, confianza y control de sí mismo.