En el mundo se suicidan unas 900.000 personas al año: más de 2.000 personas al día, 1 cada 40 segundos. Sólo en Estados Unidos o Rusia se producen 100
suicidios al día y, en China, casi 1.000.
Por cada persona que lo consuma, otras 20 lo intentan, lo que supone un intento cada 2 segundos en el mundo.
Se producen más muertes por suicidio en el mundo que por guerras y homicidios juntos.
Cada suicidio afecta a una media de otras 6 personas de su entorno.
Las mujeres lo intentan 3 veces más que los hombres, mientras que los hombres lo consiguen 3 veces más que las mujeres.
Las tasas de suicidio aumentan con la edad, siendo los intentos más planificados y letales: se consuman uno de cada dos en edades muy avanzadas.
En torno al 90% presentan algún tipo de trastorno psiquiátrico, (especialmente trastornos afectivos, como depresión o trastorno bipolar), llegando a alcanzar
un riesgo de suicidio 20 veces mayor que en la población general.
El 30-40% de los suicidios presenta tentativa previa.
El método más utilizado en todo el mundo es el ahorcamiento, seguido del uso de armas de fuego en hombres y de intoxicación por pesticidas o medicamentos en
mujeres.
En torno a la mitad de personas que se suicidan habían realizado una consulta al médico de familia el mes anterior y 1 de cada 6, el mismo día. En la mayoría
de los casos, el médico de familia desconoce los antecedentes suicidas de los pacientes.
En España se producen más 10 suicidios al día, siendo la primera causa de muerte no natural y generando casi el doble de muertes que los accidentes de tráfico,
3 veces más que los accidentes laborales, 12 veces más muertes que los homicidios y casi 70 veces más que la violencia de género. Más que todas esas causas juntas.
Después de los tumores, es la principal causa de muerte en España en jóvenes de 15 a 29 años y la primera causa en varones de esa edad.
En 2014 se registró el mayor número de suicidios en la historia de España: 3.910.
En España no existen planes o estrategias integrales de prevención del suicidio.