Accidentes o diagnóstico, empeoramiento o crisis de enfermedades graves, incapacitantes o dolorosas. Propias o
ajenas.
Desastres naturales.
Pérdida de seres queridos (incluidos animales de compañía).
Existencia de entorno suicida: fácil acceso a medios letales, epidemias suicidas, suicidio de familiares o personas
cercanas, acceso a información y relaciones inadecuadas en medios de información, comunicación y redes sociales etc.
Experiencias y vivencias traumáticas: agresiones y malos tratos, acosos y humillaciones, abusos sexuales, etc.
Aumento o consumo de tóxicos.
Estado de embriaguez o intoxicación.
Imputaciones o condenas judiciales.
Disputas y conflictos con familiares o personas cercanas.
Embarazo no deseado o aborto.
Cambios vitales bruscos no deseados.
Efectos secundarios suicidógenos de medicaciones.
Alta por hospitalización psiquiátrica (primera semana)